La piel protege todo el cuerpo y parte de los órganos internos, ayuda a mantener la temperatura adecuada, además de que gracias a ella podemos disfrutar del sentido del tacto. De ahí que sea tan importante que prestemos atención a este órgano y lo protejamos frente a las agresiones externas.
No todas las pieles son iguales, por lo que los cuidados que se debe prestar a cada piel deben ser acordes a sus peculiaridades. Dependiendo de su tipo, tendrá unos productos específicos que suelen estar englobados en las siguientes categorías:
Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, la hidratación es sumamente importante para la piel. Por una parte, la piel se debe mantener hidratada por dentro, pero también por fuera. Para ello deberías:
Beber dos litros de agua al día.
Aplicar productos hidratantes en la piel.
Si notas que la piel esta reseca o pica, se debe a que no está lo suficientemente hidratada.
Limpiar la piel
Limpia la piel con productos adecuados que protejan su pH neutro. En las zonas delicadas se debe poner especial atención para evitar su deterioro y que se mantenga joven durante más tiempo.
Para mantener la piel limpia, también puedes exfoliarla una o dos veces por semana para suavizarla y eliminar todas las células muertas. Para realizar este tratamiento se recomienda que utilices un producto acorde a tu tipo de piel, que sea respetuoso y no la dañe.
Proteger del sol
A diario se debe aplicar una crema con protección solar, incluso en invierno. El sol es muy beneficioso para el organismo, pero si la piel no está protegida ante sus rayos puede acelerar el envejecimiento cutáneo, provocarnos quemaduras y aparición de manchas solares.
Proteger de otras agresiones externas
El sol no es lo único que puede dañar la piel. El tabaco, la contaminación, el estrés o la mala alimentación también tienen un efecto negativo.
Para las agresiones externas como la contaminación, lo ideal es que por las noches al llegar a casa se limpie la piel con un producto adecuado. Esta limpieza se debe realizar te hayas maquillado o no.
Una buena alimentación
No te olvides de la alimentación. No llevar una vida sana puede verse reflejado en la piel. Si te faltan nutrientes, la piel se verá más apagada y pueden salir ciertas imperfecciones, como granos. Procura llevar una dieta equilibrada y, cómo no, no te puedes olvidar tampoco del ejercicio. Los dos pilares de un estilo de vida saludable son la práctica regular de ejercicio y una dieta sana y equilibrada.